Su hermana mayor, Claudette, expresó su preocupación por el estado de Céline y reveló que “no tiene control sobre sus músculos”. A pesar de su inquebrantable ética de trabajo y su deseo de volver a los escenarios, la naturaleza progresiva e incurable del síndrome plantea importantes desafíos. Claudette destacó la limitada investigación sobre esta rara enfermedad debido a su rareza, que afecta sólo a uno entre un millón de casos.
El síndrome de la persona rígida puede afectar gravemente a la movilidad, convirtiendo a veces a quienes lo padecen en “estatuas humanas”. Mientras circulaban rumores de que Céline estaba en silla de ruedas, Claudette los refutó, enfatizando su determinación y alegría por la vida. Céline sigue comprometida con sus planes de regreso, siguiendo el plan de atención de sus médicos en Denver.
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